lunes, 7 de junio de 2010

LA TINTA

Yo escribo, tú escribes
Si todos escribiéramos
Nuestra historia estaría completa.
Escribo para recordar,
Y recuerdo para vivir.
Conjugo el verbo escribir,
Con sus tiempos y sus personas.
Al principio el añil nadie lo quería,
Después la tinta todos la hacían.
Escribo para recordar,
Y recuerdo para vivir.
Sabio el Creador que puso armonía
en la naturaleza de las cosas:
en la tinta y el papel
el huevo y el aguacate en el guacamole
de la tinta y el papel
Cuánta armonía,
Un cuaderno sin tinta
Y la tinta sin papel

Como dijo: “
Donde hay tinta hay papel.
Las palabras se las lleva el viento
palabras van, palabras vienen
en el papel, la tinta las detiene.
Escribo para recordar,
Y recuerdo para vivir.
Ya lo sabía Del Cid y el chileno Medina,
Ellos lo aprendieron de los discípulos de Cristo
Donde la memoria oral falla, la escritura prevalece
No basta solo saber y hablar, hay que escribirlo
Así surgió la Biblia, el Popol-Vuh y el Puntero,
Para que quede grabado en la memoria.
Escribir, es recordar…
Recordar, es vivir.

«Todo su punto declara,
En esta obra tan suscinta,
Y aunque es fábrica de tinta,
Como el agua clara aclara;
Solamente se repara
El que su nombre no dice:
Mire no se desbautice,
Que para Juan tinta sobra:
Con eso al decir de su obra
Que autor dice, la autorice.»1.


1. José Toribio Medina, Historia de la Imprenta. P 122.
El Puntero Apuntado con Apuntes Breves. Juan de Dios del Cid.

Planta de Jiquilite conocida también como añil.

Blanca Irma Rodríguez

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