miércoles, 14 de abril de 2010

NOSTALGIA DE TERRUÑO






Cuántos recuerdos, cuánta nostalgia de mi terruño,
Mi niñez en los corrales con las vacas y los terneros
En las milpas con mi padre y mis hermanos llevando el refresco que apacigüe su sed.
Mi abuelo que desde el corredor de la casa,  daba las instrucciones de trabajo a los jornaleros
La abuela que desde su silla (sin ruedas) observa a su alrededor
Con envidia de quienes pueden caminar y hacer sus labores.
Ella estaba atada porque una ingrata enfermedad en sus piernas la dejó imposibilitada
Recuerdo que por las noches estrelladas
Salíamos al patio empedrado y nos recostábamos sobre sacos, en el suelo
A contemplar el firmamento, Qué belleza. Era la creación de Dios
Expresada en su plenitud.
En noches de luna llena, pasábamos muchas horas en el patio.
Mi padre, aprovechaba esos momentos y compartía con nosotros
Nos contaba cuentos. La reunión era a las siete de la noche,
a esa hora todos los chicos y la chicas de las otras dos casas vecinas
nos dábamos cita en el patio de la casa, en noches de luna;
y en el corredor de la casona en noches oscuras.
El motivo de la reunión era, escuchar los cuentos
que mi padre nos contaba todas las noches.
Mi padre era un hombre con una impresionante memoria
y de una gran creatividad.
Todas las noches nos contaba un cuento y nunca los repetía,
Siempre nos contaba uno nuevo
Cuentos como el Tío Coyote, El Tío Conejo, Las Tres Toronjas,
Mamá con Burra, La serpiente emplumada, ...
La brisa nocturna acariciaba agradablemente nuestros cuerpos
Mientras nosotros disfrutando las caricias briceñas, escuchábamos con atención.
Esta tranquilidad en mi tierra querida, terminó.
Cuando se desató la guerra de la década de los 80`
Cuando a las 6 de la mañana en el mes de Agosto de 1979
fuimos víctimas de un terrible asalto a mano armada.
Con esto se acabó la paz, la tranquilidad y la unidad
de la familia en este bello lugar.
Blanca Irma Rodríguez
Julio del 2004








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